Los   niños se expresan mediante el juego, de la misma forma que los adultos nos expresamos   mediante el lenguaje. Por tanto, es un instrumento fundamental para conocer el mundo interno, sentimientos y emociones del niño.  Jugando, expresa sus emociones, sus ansiedades y desarrolla en algunos casos, posibles soluciones a sus conflictos.  De esta manera, el juego cumple una función simbólica, al poder representar los acontecimientos vividos, sin tener que referirse a ellos de manera directa, evitando de esa forma tratar ciertos temas o sucesos que les producen ansiedad.

Es por esta razón que los terapeutas infantiles nos servimos del juego en diferentes momentos del proceso psicoterapéutico. En el inicio, durante el proceso de evaluación  lo utilizamos como herramienta diagnóstica que nos ayuda a situar en qué momento del desarrollo está el niño, o si este desarrollo está detenido por alguna causa. El hecho de que un niño no juegue, que siempre repita el mismo juego o que se detenga en algún momento de la escena que ha armado, ya nos aporta una información muy valiosa.

Durante el proceso psicoterapéutico, además de otras actividades creativas, los terapeutas promovemos el juego, e intervenimos de diferentes maneras dependiendo de la finalidad que queramos conseguir en un momento concreto.  A veces   proponemos un juego y otras veces jugamos a lo que el niño nos propone; en ocasiones intervenimos desde dentro y otras fuera de éste; podemos intervenir a través de un personaje o directamente como la persona del psicoterapeuta; en ocasiones hablamos a un personaje del juego que ha creado el niño y otras hablamos al personaje que el niño representa. Cuando lo estimamos oportuno, podemos invitar a los padres a participar en la sesión; siempre procurando que el niño sienta el espacio de la sesión como un lugar en el que poder expresarse libremente.

A través del juego, además, observamos la plasticidad o rigidez del niño, la motricidad, la creatividad, la capacidad simbólica, la tolerancia a la frustración y la adecuación a la realidad.   

Como terapeutas que trabajamos con niños es importante que seamos capaces de disfrutar jugando, estar al corriente de los juegos, series, personajes, cartas, etc…  que interesan a los niños y disponer de un amplio repertorio de juegos y juguetes que les resulten atractivos.