El dibujo es una vía de comunicación y expresión de la persona que lo realiza.

Un niño a partir de los dos o tres años comienza a garabatear, a pintar cosas en cualquier lugar que pueda, paredes, libros, rayas, arena, cristales, utilizando distintos instrumentos para ello, dedos, palitos, tizas, rotuladores… Es su forma de escribir, de hablar, de expresarse.

Su mundo se ve reflejado a través del dibujo; puede no ser capaz de expresar con palabras lo que le está pasando, pero sí hacerlo a través de un dibujo. En él plasmará su percepción del mundo, la confianza en sí mismo, su socialización, la comunicación con los demás, sus conflictos, sus emociones, su creatividad, su madurez o en qué momento del desarrollo está.

Cada dibujo representa una historia. Si nos interesamos y preguntamos sobre lo qué ha hecho, se crea un diálogo en el que el niño es capaz de expresarse y nos ayuda a conocerle mejor. Asimismo, percibirá que el adulto está interesado por él, ya que te está mostrando una parte de él mismo, de su mundo interior.

Es importante no limitar la capacidad creativa del niño. Es conveniente que disponga de variedad de materiales para sus composiciones. Asimismo, es importante no criticar, por ejemplo, si su dibujo no se parece a lo que expresa, si se ha salido al colorear, o si los colores empleados no son, en opinión del otro, los adecuados. El niño podría inhibirse y no expresar lo que realmente siente.  El dibujo es una actividad espontánea y tiene que ser respetada.

El niño, al usar los lápices, va aprendiendo a coordinar sus movimientos, a organizar sus ideas y plasmarlas en un espacio concreto; la hoja representará su mundo exterior, en el que plasma su mundo interno. Un uso adecuado del espacio nos muestra una buena relación entre estos dos mundos. Por ello es importante no regañarle cuando dibuja sobre lugares no adecuados. Si esto ocurre, una alternativa es ofrecerle lápices y papel.

Los dibujos representan mucho para los niños y  por esta razón obsequian con ellos a sus seres queridos o cercanos.

Queremos compartir unos dibujos con los que nos han obsequiado algunos de los niños que acuden al gabinete y que representan cómo nos ven.