El duelo es el proceso de adaptación emocional ante una pérdida: muerte de un ser querido, separación en una relación, pérdida de trabajo, emancipación de los hijos… Es una experiencia dura que genera sufrimiento.

Se necesita tiempo para atravesar el proceso y recuperarse. Para ello es importante vivirlo con consciencia y permitirse sentir. No evitarlo, porque tarde o temprano el dolor tendrá que salir.

Aspectos a tener en cuenta que pueden ayudar o facilitar el proceso:

• Permitirse a uno mismo sentirse triste y vulnerable. A nadie le gusta sentir tristeza, pero es lo lógico y coherente ante una pérdida.
• Expresarse. Hablar de las emociones que vayan surgiendo; hablar de los recuerdos y de los momentos vividos con la persona a la que se ha perdido.
• Pedir ayuda. Que no te importe que te vean vulnerable y necesitado. Apóyate en tus seres queridos.
• Aceptar que probablemente la capacidad de concentración y las ganas de hacer cosas no sean las mismas y es posible que se necesite más descanso y reposo.
• Asumir que el proceso lleva tiempo y que habrá altibajos. Las fechas señaladas, cumpleaños, aniversarios, etc., tienden a resultar dolorosas.
• Ser benevolente con uno mismo. No te censures por sentirte como te sientes; no te presiones a estar bien, por ejemplo, en situaciones donde no lo estés, porque otros esperen o necesiten verte animado. Cada persona tiene sus tiempos y es importante respetárselos a uno mismo.
• Aceptar que pueden surgir pensamientos catastrofistas, pero sabiendo que eso es normal y parte del proceso. Saber que no están basados en una realidad objetiva, sino que son una experiencia subjetiva, condicionada por el dolor. Para salir de esos pensamientos, y aunque resulte difícil, es importante valorar las pequeñas cosas buenas que se tienen alrededor.
• Darse tiempo para afrontar otros cambios que puedan venir asociados a la pérdida. Asimismo, darse tiempo para emprender nuevos proyectos, relaciones o toma de decisiones importantes.
• Cuidarse y mimarse. Aunque no apetezca, es bueno tener una rutina, hacer cosas para uno mismo, tener una afición y llevar una alimentación saludable.

El tiempo lo cura todo y al final se supera, el dolor se va mitigando y quedan los buenos recuerdos.

El duelo no consiste en olvidar. Consiste en aceptar que tu vida continúa de otra manera, sin esa persona a tu lado, pero una parte de ella siempre permanecerá dentro de ti, en tus recuerdos, en tus sentimientos. Hay una parte de ti que es como es, porque esa persona formó parte de tu vida y en tus recuerdos siempre va a estar. Recuerda lo bonito, las alegrías, los buenos momentos, porque fue una suerte poder haber compartido tu vida con esa persona.